Muchas veces, durante el transcurso del día en el consultorio, los pacientes que llegan por primera vez preguntan qué es la osteopatía. La mayoría no sabe bien qué es, de qué se trata, qué hacen los osteópatas y cómo lo hacen. Llegan por recomendación, porque escucharon que es bueno para los problemas de espalda, pero vienen sin saber del todo qué van a encontrar. Esta nota apunta a responder esa inquietud y a introducirlos en el magnífico mundo de la osteopatía.
La osteopatía es una terapia que atiende al hombre de forma global. El osteópata busca la óptima movilidad en los diferentes tejidos y órganos, apoyado en leyes fisiológicas, neurológicas y biomecánicas que unen el cuerpo en su entidad anatómica.
El objetivo de la osteopatía es reactivar, a través de estímulos y técnicas de normalización, los procesos de autorregulación y autodefensa endógenos, que con frecuencia, se encuentran mermados por nuestro modo de vida. Actuamos sobre la causa, no sobre el síntoma
Cuando hago referencia a los procesos de autorregulación y autodefensa, estoy hablando de que, sin querer, buscamos equilibrar el cuerpo para que él solo llegue al estado de curación.
Cómo es una sesión de osteopatía
Aunque existen muchos tipos de osteópatas y orientaciones terapéuticas y es difícil generalizar, intentaré ayudarte a que conozcas cómo es una sesión cuando vas a visitar a un osteópata.
Todo se inicia con una entrevista en la que el osteópata habla con vos durante unos minutos y te pregunta a cerca de tu síntoma y tu estado general de salud. Esto es esencial para tener una primera impresión de la persona y del síntoma que padece, y así como las perspectivas que tenemos para su tratamiento.
No te asustes si te pregunta, en caso de una mujer paciente, si sos regular en cada período menstrual, si se acompaña de dolores de cabeza o lumbalgias, o si tuviste alguna caída cuando eras chico. Toda la historia de traumatismos es muy importante para hacer un buen diagnóstico.
Luego, normalmente, va seguido de una exploración inicial. Esta exploración puede variar mucho dependiendo del osteópata que tengas delante. A menudo se observa la postura, para luego pasar a explorar en el cuerpo todo tipo de signos que puedan darnos una idea de las zonas del cuerpo en las que puede haber falta de movimiento.
Recordá que ese es justamente el signo principal que el osteópata busca con sus manos: todo tipo de señales que le hacen pensar que ahí hay una dificultad para el movimiento, pues ahí seguramente la circulación nerviosa y sanguínea está impedida, lo cual sin duda será la causa principal de tu malestar, enfermedad o síntoma.
En la exploración y el tratamiento, el osteópata tiene en cuenta la globalidad del ser humano. Y ello se traduce en que cuando explora el cuerpo del paciente, mira todos los sistemas: el digestivo, el nervioso, hormonal, musculoesquelético, etc.
El osteópata, mientras te explora, parte de la idea de que todo trastorno puede estar relacionado con cualquier sistema del cuerpo, esté donde esté ubicado. Es decir: si, por ejemplo, nos duele la columna lumbar, puede tener una relación con que tu sistema digestivo tenga dificultades, quizá padezcas estreñimiento, o diarreas, alteraciones menstruales, etc. Este ejemplo sirve para entender que el tratamiento puede estar dirigido hacia un lugar diferente al que te duele.
El osteópata piensa en global, nunca encarcela un síntoma en esa zona donde se manifiesta
Es por ello que, en una sesión de osteopatía, el osteópata puede explorar y tratar zonas habituales, como son:
El cráneo.
La pelvis.
El sistema digestivo.
La columna vertebral.
Las extremidades.
Esto es una gran ventaja, ya que, a menudo, nos llegan pacientes que ya han visitado otro tipo de profesionales y no han encontrado mejora, porque se limitan a explorar y tratar sólo allí donde nos duele, con lo que el síntoma suele volver.
Con respecto a las técnicas que usamos, no creas que vas a ir a un acomodador de huesos, que solo manipula todo lo que se tope en su camino. Un buen osteópata, ajusta, no manipula: es un diálogo con el tejido (visceral, piel, músculo, craneal). Vemos cómo se mueve y, si hay alguna restricción, la corregimos.