Encontrar alternativas puede no sólo combatir esa huella de carbono sino, además, ayudar a nuestro bolsillo con la boleta del gas o la luz – el 8% del consumo de los hogares se destina a la calefacción y a la refrigeración – ya que calefaccionar resulta costoso.
El ecodiseño es una de las principales soluciones para no tener que recurrir a gas o, incluso a electricidad, para calefaccionar una casa. En este sentido, asegurarnos de que la casa cuenta con buenas aislaciones es básico; de no ser así, recurrir a materiales como la fibra de celulosa o, más caseros aún, las guías telefónicas o los periódicos viejos es ideal para revestir las paredes macizas.
Las aislaciones también son importantes para los caños de agua, especialmente si éstos se encuentran a la intemperie. Cuanto más expuestos y peor aislados, más energía nos hará falta para calentar el agua caliente sanitaria para, por ejemplo, ducharnos.
Lo mismo sucede con los vidrios, especialmente sus bordes con la ventana, que podemos aislar nosotros mismos con plástico reciclado de embalajes. No podemos olvidar que entre el 25 y el 30% de las necesidades de calefacción vienen derivadas de las pérdidas de calor por las ventanas. Prestar atención a los burletes debajo de las puertas también es importante.
Por otro lado, si la vivienda no está bien orientada de cara al sol, lo que sí es posible para calefaccionar sin gas es convertir en alcoba las habitaciones de nuestro departamento que estén más expuestas al sol durante el día. No sólo eso, sino que si en lugar de pintar nuestras paredes con colores claros lo hacemos con oscuros, que absorben mejor el calor, también ganaremos unos grados más.
En cuanto a los suelos, especialmente cuando estos no son de parqué o moqueta, son otro elemento por el que se nos escapa el calor. En invierno, su temperatura media puede bajar hasta los 10 grados centígrados. La mejor manera de combatirlo es recurrir a soluciones textiles, es decir, a las alfombras que ayudarán a conservar altas las temperaturas.
Las velas naturales, que pueden ser además aromáticas, pueden ser otra manera de ayudar a calefaccionar la casa sin gas, siempre y cuando las repartamos convenientemente por la vivienda. Si hay estancias que no utilizamos con frecuencia, lo mejor que podemos hacer es cerrar su puerta para aislarlas y concentrar más el calor que generamos en el resto.